El mirador de la luna El mirador de la luna Calle de la luna trece aquí quedarme yo quiero, para ver como amanece el primer día de Enero. Amanecido de blanco desde un mirador lo veo, sobre el pantano del Tranco mientras escucho el gorjeo De un ruiseñor vespertino que está ensayando una nana, sobre la copa de un pino esta escarchada mañana. Preludio de una canción compuesta en plena natura, que cantara con pasión donde nace el rio segura. En el pueblo de Pontones contemplando el nacimiento, como emerge a borbotones y el suave deslizamiento. De todo el agua que baja serpenteando por el río, brillando como una alhaja mientras oigo el pío, pío. De este ruiseñor humano que no cesa ni un momento, de cantarle al pueblo llano cargado de sentimiento. Porque hay ruiseñores vivos que a la canción van resueltos ordeñando los olivos y en la poda de los huertos. Quería verlo de cerca y lo vi al rayar el día, tarareando en una alberca una bella melodía. A este pajarillo hermoso que siento de madrugada, con su trino melodioso entonar una balada. Cuando se pone a cantar en los cardos de un rastrojo, se callan para escuchar la perdiz y el petirrojo. Viene de grises naciones con una mochila llena de poemas y canciones y en su pico una azucena. La trae para agradecernos lo bien que aquí se lo pasa, sin penas largos inviernos lejos de su pobre casa. Pasa por los pirineos volando sin pasaporte, con sus bellos tarareos del más frio lugar del norte. Hasta llegar a estas tierras Andaluzas de olivares, cruzando valles y sierras lagos, ríos y anchos mares. Estas bellas aves son quienes a mi verso alumbran, me aclaran la inspiración lo engrandecen y lo encumbran. El mirador de la luna esta en Hornos del Segura, observando la aceituna verde, morada y madura. El mirador de la luna engrandece mi escritura. 5 responder
El mirador de la luna
Calle de la luna trece
aquí quedarme yo quiero,
para ver como amanece
el primer día de Enero.
Amanecido de blanco
desde un mirador lo veo,
sobre el pantano del Tranco
mientras escucho el gorjeo
De un ruiseñor vespertino
que está ensayando una nana,
sobre la copa de un pino
esta escarchada mañana.
Preludio de una canción
compuesta en plena natura,
que cantara con pasión
donde nace el rio segura.
En el pueblo de Pontones
contemplando el nacimiento,
como emerge a borbotones
y el suave deslizamiento.
De todo el agua que baja
serpenteando por el río,
brillando como una alhaja
mientras oigo el pío, pío.
De este ruiseñor humano
que no cesa ni un momento,
de cantarle al pueblo llano
cargado de sentimiento.
Porque hay ruiseñores vivos
que a la canción van resueltos
ordeñando los olivos
y en la poda de los huertos.
Quería verlo de cerca
y lo vi al rayar el día,
tarareando en una alberca
una bella melodía.
A este pajarillo hermoso
que siento de madrugada,
con su trino melodioso
entonar una balada.
Cuando se pone a cantar
en los cardos de un rastrojo,
se callan para escuchar
la perdiz y el petirrojo.
Viene de grises naciones
con una mochila llena
de poemas y canciones
y en su pico una azucena.
La trae para agradecernos
lo bien que aquí se lo pasa,
sin penas largos inviernos
lejos de su pobre casa.
Pasa por los pirineos
volando sin pasaporte,
con sus bellos tarareos
del más frio lugar del norte.
Hasta llegar a estas tierras
Andaluzas de olivares,
cruzando valles y sierras
lagos, ríos y anchos mares.
Estas bellas aves son
quienes a mi verso alumbran,
me aclaran la inspiración
lo engrandecen y lo encumbran.
El mirador de la luna
esta en Hornos del Segura,
observando la aceituna
verde, morada y madura.
El mirador de la luna
engrandece mi escritura.