Hornos de Segura es el punto de partida de una ruta que tiene en el embalse del Tranco y en el río Guadalquivir sus principales puntos de referencia. El casco urbano de esta preciosa villa considerada Conjunto Histórico Artístico, se alza sobre una atalaya que se convierte en un improvisado y magnífico mirador para contemplar un amplísimo valle donde se remansan las sosegadas aguas del Tranco.
Tras salir de esta localidad, en cuyas estrechas calles parece que el tiempo se ha anclado y donde se respira una inusitada tranquilidad, se toma un desvío, a cuatro kilómetros, que pasa por la aldea de Cañada Morales. A partir de este punto el embalse del Tranco, uno de los más grandes de Andalucía, adquiere una presencia todopoderosa y aparece ante nuestros ojos poco a poco descubriendo toda su belleza e inmensidad dentro de un entorno idílico. Un remanso de agua pausado y los bosque de pinos , que llegan hasta la misma orilla son los paisajes que nos acompañan permanentemente en nuestro recorrido.
Después de 10 kilómetros circulando por un firme sinuoso y en perfecto estado, alcanzamos la presa del Tranco, construida durante los años sesenta y que tiene una altitud de 600 m. Este embalse da nombre también a la pequeña aldea que se encuentra en sus inmediaciones. Un breve paseo por sus callejuelas, donde el blanco se funde en perfecta armonía con el verdor predominante en toda la zona, es una agradecida obligación para el viajero exigente. La carretera continúa al otro lado de la presa, en dirección a las impresionantes masas de vegetación que tienen en el pino su absoluto regente. Nos detendremos en el mirador de Félix Rodríguez de la Fuente, desde el que se divisa la isla de Bujaraiza con los restos de un castillo árabe que, según cuenta la leyenda, fue testigo de excepción de numerosas y cruentas disputas.
Un poco más adelante sale un camino que conduce al Parque Cinegético. Desde este maravilloso mirador se puede divisar, siempre con la ayuda de unos buenos prismáticos diferentes especies cinegéticas como ciervos, muflones, gamos o cabras monteses.
Continuamos nuestro viaje hasta Coto-ríos, pequeña aldea situada a la izquierda siguiendo una desviación. Pocos kilómetros después se halla la Torre del Vinagre, donde no conviene perderse el Centro de Interpretación de la Naturaleza, que nos ofrece una visión de conjunto de la vegetación del Parque Natural. El recinto dispones de un Museo de Caza y un jardín botánico, que ocultan algunos de los secretos naturales mejor conservados de la Sierra.
Para completar la globalidad del ecosistema del Parque hay que acercarse hasta el Museo Acuícola, al que se accede por un carril que está bien señalizado. La excursión se prolonga por esa misma carretera hasta Arroyo Frío y Cazorla para salir por el extremo más meridional del Parque Natural, o bien volver hasta Hornos de Segura.
Cazorla
Cazorla, una de las villas con más historia de la provincia, se extiende bajo la hermosa peña de los Halcones y la riegan las aguas de río Cazorla que nace en las cumbres del Gilillo (1848 m).
Entre sus maravillas encontramos la casa de las Cadenas, finca de canpo de los Marqueses de Camarasa y monumento nacional desde 1978, siendo todavía edificio privado no visitable. En la plaza de la Corredera, se alza la iglesia de San José, muy reformada con capilla barroca y renacentista (s. XVI XVII), antiguo convento de las Clarisas. El ayuntamiento es de estilo mudéjar toledano (s. XVII) y ocupa el solar del antiguo convento de la Merced.
En la calle del Carmen pueden verse singulares edificios como la iglesia del Carmen, (s. XVII XVIII). En el hoy albergue juvenil se puede observar la portada de San Juan Evangelista.
En la calle San Francisco, la iglesia con esta misma advocación, el convento de los Mínimos, con fachada renacentista tardía e interior barroco (s. XVI XVII), en la que se guarda el lienzo del Cristo del Consuelo (s. XVII), óleo que se salvó del incendio de la iglesia de Santa María y que fue traído aquí.
En la plaza vieja de Santa María destacan las ruinas de la iglesia con el mismo nombre (s. XVI) y construida por Andrés de Vandelvira sobre la bóveda que oculta el río Cazorla. La fuente de las Cadenas (s. XVI), se cree que también es obra de Vandelvira. El edificio de Los Clérigos tiene portada clásica y balcón corrido de madera. El barrio de Santa María, es de gran interés por estar en el casco antiguo y en torno a la plaza.
El castillo de la Yedra (s. XV) fue construido por el Arzobispo Carrillo. En tiempos más remotos hubo un castillo árabe levantado sobre los restos de una fortaleza romana. Ahora es museo del Alto Guadalquivir donde se pueden ver objetos y mobiliario de otros sitios. Cerca del castillo, al otro lado de Santa María, arranca el camino que lleva a la ermita de San Isicio, la casa de las Siete Fuentes, nos coge de paso.
